LA PIEDRA EN EL ZAPATO
Esa tarde el sol brillo el aire soplo
la emoción fue grande, el sentir profundo
como niño con zapatos nuevos, así
sentía en cada suelo que pisaba.
Fuero muchas las tardes, algunas con
aire, algunas con sol, no todo fue
frescura, no todo fue luz.
Mas sin embargo en cada paso un
lento malestar calo.
Como cuando el jabón se desgasta,
el agua deja de correr, el sol deja de brillar
y la esperanza suele delirar, así aquel niño
comenzó a sentir y empezó a renquear.
Al paso del tiempo cada paso, tras cada huella,
el suelo era duro, el sentir doloroso,
donde poco a poco un suspiro profundo
y un gesto de amor, marcaron
el ritmo de un gran corazón.
No fue tan solo la piedra en el zapato
profunda y aferrada, árida y encerrada
con pena en la ilusión y miedo en su corazón
aferrada a un hueco, aferrada al zapato.